Tras apenas 8 horas de coche llegamos a Niagara para pasar allí la noche de camino a Chicago.
Ya nos habían dicho que era zona de casinos, turistas y bodas. Aún así teníamos ganas de ver si Superman andaba por allí, nunca se sabe cuando se puede caer un niño.
Por la noche las cataratas están iluminadas y no quedaba muy kitsch, nos hicimos el paseo entero, nos mojamos lo justo y nos fuimos a cenar.
Cena en otra cervecería (esta siendo lo habitual estos días) y pronto a dormir que a las 8:30 pillábamos el barco que te acerca a la cascada.
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Si vais, no dudéis, hay que hacerlo. Madre mía qué de agua cae…
Volvimos al hotel, volvimos a subirnos al coche y ¡A CHICAGO! Ocho horas más de coche, allá vamos.
Y como había fotos pa aburrir, pues otro álbum
5 Comments
adela
septiembre 25, 2018 @ 13:28
ES TODO UN ESPECTACULO DE LA NATURALEZA. CUANDO NOSOTROS FUIMOS LOS CHUBASQUEROS ERAN DE COLOR AZUL EN CANADA Y AMARILLOS EN LA PARTE AMERICANA. Y ES CIERTO, QUE VERTE DEBAJO DE TANTA AGUA IMPRESIONA
Oscar
septiembre 29, 2018 @ 18:08
Guillermo no se te ve muy contento con el chubasquero molón de las cataratas.
Fotos chulas
Esperamos nuevas historias
Oscar
lorco
octubre 1, 2018 @ 04:00
La verdad es que era JODIDO, pero sin el estaríamos aun escurriendo la ropa
Sol
septiembre 30, 2018 @ 19:22
Como para que te digan después, si te apetece una ducha! 😜
Tiene que impresionar ese muro de agua rugiendo!
lorco
octubre 1, 2018 @ 04:03
Pos ya ves, para un chico del desierto era LO MAS